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“Los Castellano vivieron, viven y vivirán del campo”. Esta frase es la que sintetiza la historia productiva de la reconocida familia Castellano en la localidad bonaerense de Lobería.
Quien tiene esa frase de cabecera es Oscar “Pincho” Castellano, el reconocido automovilista de la década del 80, y quien pertenece a la tercera generación. Y Jonatan, también conocido como “Pinchito” o el Patón de Lobería”, siguió los pasos de su padre y mamó de chico tanto la pasión por el automovilismo como del campo.
La historia familiar de los Castellano comenzó cuando el bisabuelo de Jonatan (abuelo de Oscar) llegó desde las Islas Canarias (España) a los 8 años a la Argentina porque escapaba de la” miseria y de la hambruna” que sufría Europa por aquel entonces en plena guerra. Directamente, se insertó en la localidad bonaerense de Lobería.
Ahí comenzó a armar el establecimiento agropecuario de a poco. La siguió el abuelo, que continuó con el negocio con el propósito de agrandarlo.
Después, tomó las riendas Oscar que impulsó el uso de la tecnología (riego y maquinaria). Y, ahora, Jonatan, junto a su hermana Fabiola, continúan con ese legado de sumar actividades y tecnología.
Actualmente, la empresa familiar está constituida por Oscar -que se retiró del equipo de Jonatan definitivamente para dedicarse al campo-, y su hermana Fabiola, que lleva la administración.
La función de Jonatan en la estructura de la empresa familiar es el control de todas las actividades, la logística de las labores y la toma de las decisiones comerciales.
De todas maneras, el actual piloto del Turismo Carretera (TC) se alejará un poco este año de los quehaceres del campo diarios para meterse de lleno en el automovilismo y hacer historia en este rubro como lo hizo su papá.
Oscar fue quien le inculcó a Jonatan la pasión por el automovilismo, pero también por el campo. “Cuando era chico, me querían llevar a la pileta en los veranos y yo me iba al campo a trabajar. Es lo que me inculcó mi papá y se lo agradezco”, sostuvo en una charla con Clarín Rural.
En el establecimiento de Lobería, la familia Castellano produce agricultura y ganadería en unas 1.100 hectáreas: 830 hectáreas son agrícolas y el resto las usan para la ganadería bovina.
Por su ubicación geográfica, entre el 60-70% de la superficie agrícola es destinada al trigo y a la cebada (forrajera fundamentalmente) y se enfocan luego en los cultivos de gruesa de segunda.
Según comentó Oscar, en algún momento hicieron papa para una empresa importante de la zona. Le alquilaban el campo porque tenían el riego, pero reconoció que “la papa es para el papero, no es para cualquiera”.
Campaña actual
Este año, como en gran parte de las regiones productivas, los Castellano sufrieron la fuerte sequía y las heladas tardías que golpearon a los cultivos de fina. Y mermaron notablemente los rendimientos.
Y ahora, la falta de lluvias está afectando a la siembra de maíz y a la soja y no han podido hasta ahora completar lo proyectado.
Según describió Jonatan, los resultados del trigo fueron paupérrimos, con 1.000 kilos en promedio cuando normalmente rondan los 4.000-5.000 kilos. En cebada también la cosecha fue muy mala, con rindes de 1.500 a 2.000 kilos.
“Fue un año de pérdidas pese a que las hectáreas son nuestras”, dijo Jonatan.
En este sentido, Oscar remarcó que solo recuerdo que cuando era muy chico, su padre había comentado en ese momento que dejaron un lote porque habían sacado 3 bolsas nada más. “Desde ahí a este año, nunca había habido semejante desastre”, alertó sobre la crítica situación que atraviesa gran parte del territorio nacional.
Tecnología
Tras su retiro como piloto a fines de 1991, Oscar decidió volcarse al negocio agropecuario. Y lo primero que hizo fue viajar al Farm Progress Show, en Estados Unidos, para ver las nuevas tendencias tecnológicas de los norteamericanos para aplicarlo en su campo. Y de esa experiencia, se fortaleció su idea de invertir en riego. Y así fue que en 1993 lo instaló .
“Fui uno de los primeros que trajo riego al país. Tuve que importarlo yo directamente, contratando el flete marítimo. No había antecedentes. El hombre que vino a hacer la conexión eléctrica del equipo llegó desde México”, recordó Oscar.
“Tomé yo la decisión en ese momento: o compraba un pedazo más de campo o le ponía un piso más al campo para solucionar el tema de la sequía. Así que me incliné por el equipo”, contó. Y tras los buenos frutos de esa incorporación, invirtió en otro equipo en 2006.
Actualmente, tienen 3 posiciones de 66 hectáreas cada una. Hay uno fijo, con bombas eléctricas, y el otro es transportable, que cubre las otras dos posiciones.
“El equipo es para cubrir el déficit de lluvias en las campañas agrícolas, pero ahora hay un déficit tan grande que no lo podemos mover. Estamos regando un maíz y está solo para ese cultivo”, explicó.
Según calculó, este año faltaron unos 400 milímetros. “Y venimos de una sequía del 2021. Falta mucha humedad en los lotes y eso se está notando”, agregó.
Argentina, potencia.
La familia realiza todas las labores del campo, salvo la cosecha que la terceriza. “Argentina es muy buena en la metalmecánica, somos muy buenos para producir al menor costo por hectárea posible, Talento y capacidad, los argentinos somos muy buenos. Pero lo que está frenando la inversión aquí es tantos impuestos”, aseguró Oscar.
Y ejemplificó: “Dos más dos no es cuatro. Vos ponés dos y el Gobierno se lleva los otros dos. No te deja margen. Este es el límite de por qué no somos mejores que otros países”.
Jonatan tampoco esquivó el tema y habló de la actualidad del campo. “La presión impositiva es histórica”, remarcó.
A lo que sumó: “Nosotros vivimos en Lobería. El mayor ingreso que tiene la ciudad es el campo. Cuando al campo le va bien, le va bien a la ciudad”, sostuvo.
El objetivo a futuro de Jonatan es invertir más en el sector agropecuario y comprar más campo en los próximos años.
Ganadería
La familia trabaja la raza Aberdeen Angus y hacen ciclo completo: hacen cría, recría y terminación a base de suplementación -con cultivos propios- para exportar a la Unión Europea (Cuota Hilton).
Venden por año alrededor de 500 animales con un peso de 450-480 kilos.
Pasión por el automovilismo
Oscar, por su parte, corrió hasta 1991 pero luego siguió ligado a este sector a cargo del equipo de Jonatan, pero desde hace un tiempo decidió retirarse.
Pincho se destacó en el Turismo Carretera. Debutó el 20 de septiembre de 1981, disputando 157 competencias e imponiéndose en 27 oportunidades.
Fue tricampeón de la categoría en 1987, 1988 (ambas con Dodge Polara) y 1989 (con Ford Falcon). Además fue subcampeón en 1984, 1990 y 1991.
Luego, una vez que se retiró en 1991, se metió trabajó en el equipo de su hijo “Castellano Power Team” siendo el líder el grupo.
Y ya en 2019 se retiró definitivamente del automovilismo para meterse de lleno en el campo.
Jonatan hace 16 años que compite en el Turismo Carretera, la categoría más apasionante del automovilismo argentino. En su larga trayectoria, logró 8 victorias y llegó a ser subcampeón en el 2018.
En 2015 fue campeón en el TC Pista y en 2022, logró el campeonato en el Turismo Nacional a bordo de un Chevrolet Cruze.
En total, lleva más de 20 victorias en todas las categorías del automovilismo.
Según contó, comenzó a meterse en el mundo del automovilistas a través de un amigo que corría en karting mientras su papá ya hacía de las suyas en las pistas.
Según adelantó, planea correr hasta los 45 años .y luego sí meterse de lleno en la actividad agropecuaria, su otra gran pasión, continuando con el legado familiar. “Los Castellano vivieron, viven y vivirán del campo”.
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