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Según el Boletín de Resultados Económicos Ganaderos, que desde 2012 edita en forma trimestral la Secretaría de Agricultura, el “Modelo de Cría Mejorado” de la Cuenca del Salado registra a febrero último un resultado neto de $ 149.174 por hectárea, que a moneda constante resulta un 19% más alto que el calculado a febrero de 2023 y un 20% superior al promedio del período 2012/2023 para el mes de febrero.
La rentabilidad por hectárea que muestra hoy este modelo de cría (450 hectáreas., 410 vacas, 80% destete) es la cuarta más alta en la serie de 13 años, que comienza en 2012.
El resultado económico de febrero pasado está determinado por ingresos por venta de hacienda que se ubican un 13% por encima del período –siempre para el mes de febrero– del 2012/2023 y costos de $ 106 mil por hectárea., que son un 4% más altos que el promedio de los años 2012/2023. La serie de rentabilidad muestra un máximo, que se ubica en febrero de 2022 con $ 206 mil por hectárea., y un mínimo en 2018, con $ 79 mil por hectárea.
Entre los ingresos, la venta de terneros en febrero de 2024 resulta a moneda constante un 9% más alta que en el 2012/2023, mientras que la venta de vacas gordas y conserva resulta en febrero de 2024 un 13% superior (efecto China) que el promedio de dicho período.
Si comparamos los números de este modelo, a febrero de 2024 en relación con igual mes de 2023, observamos que los ingresos a moneda constante se han incrementado un 11%, mientras que los costos se han mantenido prácticamente sin cambios (-0,2%).
El resultado neto por hectárea en los últimos 12 meses ha subido un 19%, mientras que la rentabilidad del capital invertido –excluyendo a la tierra–, que en febrero del 2023 era del 12,7%, en febrero pasado fue del 15%.
La rentabilidad sobre el capital invertido, incluyendo la tierra, en febrero último fue del 5,1%.
Los resultados económicos de febrero de 2024 mejoran con relación a los de febrero de 2023, pero se ubican un 28% por debajo del máximo de la serie, que se dio en 2022. Debe recordarse que hace un año estábamos en lo peor de la seca, con sobreoferta de invernada y bajos precios reales para el ternero.
El ritmo de las importaciones
El mercado internacional de la carne vacuna ha comenzado el año de manera notable. Desde el punto de vista de la demanda, China –el primer comprador mundial– importó en enero pasado 300 mil toneladas, el volumen más alto de la historia, cuando la mayoría de los analistas esperaban para el primer mes del año a lo sumo unas 220-240 mil toneladas. La sorpresa se repitió en febrero, cuando adquirió 240 mil toneladas, completando un primer bimestre del año con un registro de 540 mil toneladas, un 28% mayor que en enero-febrero del año pasado.
Volúmenes muy altos, sorprendentemente altos, pero con precios bajos y con tendencia a caer.
China parece estar sobreabastecida, con una política oficial que apunta a habilitar continuamente nuevos países y nuevas plantas proveedoras en todo el mundo. Sólo en la Argentina habría actualmente 26 plantas frigoríficas esperando la inspección y la habilitación para el mercado chino.
El segundo importador mundial, Estados Unidos compró en enero 224 mil toneladas (equivalente res), un 39% más que igual mes del año pasado y el volumen mensual más alto de la historia. Otra sorpresa.
El ciclo ganadero norteamericano lentamente se está dando vuelta, la escasez de carne –especialmente magra– se acentúa mes a mes, y los precios internos y de importación de la carne están cercanos a niveles récords. El novillo vale U$S 6,60 por kilo en gancho, un 78% más que en nuestro país.
Entre los proveedores de Estados Unidos hay un alto protagonismo de Australia y de Brasil. Las compras estadounidenses no pueden reemplazar a la enorme demanda china, pero resultan una alternativa muy interesante, con precios más altos que los que paga el gigante asiático.
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La rentabilidad sobre el capital invertido, incluyendo la tierra, en febrero último fue del 5,1%.
Los resultados económicos de febrero de 2024 mejoran con relación a los de febrero de 2023, pero se ubican un 28% por debajo del máximo de la serie, que se dio en 2022. Debe recordarse que hace un año estábamos en lo peor de la seca, con sobreoferta de invernada y bajos precios reales para el ternero.
El ritmo de las importaciones
El mercado internacional de la carne vacuna ha comenzado el año de manera notable. Desde el punto de vista de la demanda, China –el primer comprador mundial– importó en enero pasado 300 mil toneladas, el volumen más alto de la historia, cuando la mayoría de los analistas esperaban para el primer mes del año a lo sumo unas 220-240 mil toneladas. La sorpresa se repitió en febrero, cuando adquirió 240 mil toneladas, completando un primer bimestre del año con un registro de 540 mil toneladas, un 28% mayor que en enero-febrero del año pasado.
Volúmenes muy altos, sorprendentemente altos, pero con precios bajos y con tendencia a caer.
China parece estar sobreabastecida, con una política oficial que apunta a habilitar continuamente nuevos países y nuevas plantas proveedoras en todo el mundo. Sólo en la Argentina habría actualmente 26 plantas frigoríficas esperando la inspección y la habilitación para el mercado chino.
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