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Las lluvias no sólo le dan un espaldarazo a la soja y al maíz. También implican una señal de largada para la siembra de legumbres, un rubro que viene pisando cada vez más fuerte en la Argentina.
La Cámara de Legumbres de la República Argentina (CLERA) cumplirá el año próximo medio siglo de existencia, con un marcado compromiso con el desarrollo sostenible los distintos eslabones de la cadena, en línea con las políticas ambientales.
“Las legumbres tienen un papel importante en la República Argentina”, destacó Jorge Vidal, presidente de CLERA y productor de las provincias de Salta, Santiago del Estero y Buenos Aires.
Explicó que es generadora de divisas para el país, ya que más del 90 por ciento de la producción se exporta, debido a que el consumo local es muy bajo.
Una de las acciones de CLERA apunta a una difusión que incentive el consumo interno, considerando los beneficios que tienen las legumbres no solo por el impacto de sus cualidades nutritivas en una dieta alimentaria sana y equilibrada, sino también en la cuestión ambiental y su contribución a los suelos.
“El aporte a la nutrición es muy importante y hay que difundirlo a nivel local ante los desafíos que genera la pobreza, ya que se trata un producto que es barato comparando con lo que aporta”, indicó Vidal.
La producción puede variar de acuerdo a las condiciones climáticas y en el país se destinan anualmente a legumbres alrededor de 750 mil hectáreas. Entre el 65 y 70 por ciento del área la ocupa la siembra de poroto, seguida por garbanzo, arvejas y lentejas.
“Si bien lentejas es lo que menos se siembra, es el producto que más se consume internamente”, indicó Jorge Vidal.
Otra de las acciones institucionales apunta a lograr un plan de desarrollo de semillas con aporte de genética que permita mejorar las calidades y la productividad.
Economía regional
La producción de legumbres es una de las más importantes economías regionales de nuestro país. La siembra de porotos se ubica en el NOA, mientras que el garbanzo ocupa superficies tanto del NOA como del centro del país. Lenteja y arveja también ocupan el centro.
“La producción venía creciendo, pero en estos últimos años debido a los eventos climáticos conocidos, ha tenido una pausa en su crecimiento. El factor limitante fueron los ciclos malos en cuanto a la lluvia. Incluso en la última campaña había una proyección de siembra de garbanzo mucho más importante que la efectivamente implantada”, explicó Vidal.
La producciónes de legumbres generan un uso intensivo de mano de obra, ya que la cosecha se envía a plantas, donde se realiza el proceso de selección, clasificación, envasado y carga de mercadería, además de lo que implica la cuestión netamente productiva (ingenieros, laboratorios, agronomías).
Costos y márgenes
Al hablar de los números de la producción, Vidal dijo que los precios actuales son buenos, pero los rindes no han acompañado.
“En años normales los valores son un poco más bajos que los actuales. Los precios se han sostenido por una cuestión de que ha habido una merma de produccion a nivel global”, sostuvo. Y explicó que “la rentabilidad hoy es aceptable, pero tengamos en cuenta también la cuestión logística. Se produce a mucha distancia del puerto y los costos de movimiento hoy afectan demasiado ya que los fletes se han encarecido”.
Todos los costos logísticos han tenido un crecimiento muy marcado en estos últimos dos años y eso redunda directamente en contra de la rentabilidad productiva.
Argentina es uno de los principales exportadores de legumbres, con destinos tales como Europa y Asia, mientras se trabaja para ingresar a China. Otros mercados son Brasil, Chile, Uruguay, Venezuela, México (que este año ha cargado mucho poroto negro), Colombia y Costa Rica, entre otros países. “Ofrecemos a todos ellos, nuestro portfolio productivo de las diferentes variedades de porotos, garbanzos y arvejas”, acotó el presidente de Clera.
Vidal señaló que “todas las legumbres son clasificadas y procesadas en plantas que poseen la mejor tecnología disponible a nivel mundial, para cumplir los diversos requerimientos de los mercados a los que abastecemos”.
Los destinos incluyen tanto los que las legumbres argentinas van directamente a consumo, o casos en los que se exporta fraccionado directo para el consumidor. Pero también se exportan como insumos, cuando los importadores utilizan la mercadería para la producción industrial y envasados en latas, frascos, o diversas alternativas para su consumo inmediato.
“Estamos al final de la campaña de poroto y ya no queda mucha mercadería. Hay que ver cómo se posicionará el mercado para las nuevas cosechas”, indicó Vidal.
Por otra parte, el inicio de la siembra para la nueva campaña es incipiente. “Se ha sembrado muy poco en la zona sur de Salta -que es donde se arranca-, a la espera de que se normalicen las lluvias, que han sido muy desparejas”.
Acciones institucionales y congreso nacional
La Cámara de Legumbres de la República Argentina realiza reuniones mensuales con los asociados para intercambiar opiniones y analizar estrategias de trabajo, mercados, y la realidad del sector.
Además, se llevan adelante dos congresos durante el año. “El tradicional, destinado al poroto se efectuó en julio, en Salta, con la presencia de unas 800 personas”.
El segundo congreso tuvo lugar en Rosario, en diciembre. Unos 500 asistentes se sumaron a una actividad volcada a garbanzo, arveja y lenteja. Para la edición de este año se analiza su posible traslado a Córdoba.
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