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“Si no pagan los sueldos atrasados y los aportes, vamos a pedir la quiebra”. Así de contundente fue un representante de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) al ser consultado por Clarín Rural por el conflicto que afecta a la empresa SanCor.
Desde Atilra, además, denuncian que los directivos de la empresa y el gobernador de Santa Fe Maximiliano Pullaro “militarizaron” la planta de la ciudad de Sunchales y que a un trabajador -Gustavo Oscar Bruno- se lo intentó detener de forma ilegal, razón por la cual presentaron un habeas corpus, y advierten que si no cambia la situación llamarán a un paro nacional de toda la industria láctea por 48 horas.
“La deuda por salarios y aportes está en el orden de los 5.000 millones de pesos“, aseguraron desde la gremial.
En un comunicado que hizo circular Atilra se afirma que desde la compañía nunca hubo “una propuesta de pago de la deuda histórica salarial”, y que los acuerdos para saldar deudas con la obra social, la mutual y el sindicato no se cumplieron. Además afirman que fueron contactados por cuatro grupos inversores que estarían interesados en comprar la empresa, siempre y cuando el conflicto gremial esté resuelto.
La empresa, por su parte, no se expresó públicamente, pero fuentes cercanas afirmaron que el monto de deuda indicado por Atilra es “ficticio o está mal calculado” y dijeron que el sindicato lo único que quiere es que la empresa quiebre para hacerse cargo de la dirección, a pesar de que la situación “no lo amerita”.
“La empresa no está en situación de quiebra, para nada. Sigue comprando materia prima, sigue produciendo y se llevó a cabo la cancelación de deudas con el personal que trabaja. Si no trabajás no podés aspirar a cobrar igual que el que trabaja”, explicaron.
Luego detallaron que actualmente cuatro de las cinco usinas de la empresa en Santa Fe trabajan con normalidad. En Devoto, Balnearia, La Carlota y Galvez se está trabajando normalmente, mientras que en Sunchales, la ciudad en la que el secretario general de Atilra Héctor Ponce tiene más fuerza, el conflicto se sostiene.
De todos modos, aseguran desde Sancor, la mayor parte del personal volvió al trabajo, lo cual se garantizó con presencia policial adentro de la planta para evitar algunas acciones de sabotaje a la fábrica que se estaban efectuando, y amenazas violentas al personal que están denunciadas.
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