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“Entre las muchas definiciones que existen del concepto compactación del suelo, la más clara dice que es la reducción del espacio poroso del suelo debido a cualquier agente que lo permita. Habitualmente, esta relacionada con el tránsito, con cuestiones de manejo, pero es la reducción del espacio poroso del suelo con el consiguiente aumento de la densidad aparente es lo que se define como compactación”, dice Sergio Montico, Profesor Titular de Manejo de Tierras de la Facultad de Agronomía de la UNR.
“Lo cual trae un sinnúmero de dificultades en el suelo con efecto dominó, que se va dando porque al haber menos porosidad, se tiene menos circulación de aire y agua y dificultades para que las raíces puedan acceder a los nutrientes. Se desencadenan una serie de disfuncionalidades que están vinculadas a la compactación”, enunció el experto en diálogo con Rodrigo Rosso, moderador de la Agenda AAPRESID, que es la cita digital donde especialistas, productores y empresas se reúnen para acercar el contenido técnico que el productor agropecuario necesita.
¿Cómo podemos hacer un diagnóstico correcto? Fue una de las consultas de Rosso, a la que Montico respondió “dijimos que uno de los agentes preponderantes tiene que ver con el tránsito tiene que ver con la forma en que nosotros “caminamos el tránsito” con las herramientas, con el peso de las herramientas, no hacer control de tránsito, con el inflado de los neumáticos. El anti inflado hace que se produzca compactación. Por un lado, esta relacionado con aquello que hacemos sobre la superficie del suelo”.
También tiene que ver con línea del suelo hacia abajo, que tiene que ver con menores tenores de materia orgánica que le da baja estabilidad estructural al suelo que lo hace colapsar frente a estos factores mecánicos. Transitarlo en húmedo que hace que el suelo tenga menos capacidad portante o sea que tiene menor capacidad de transmisión de esfuerzo y por lo tanto, empiezan a colapsar todas las estructuras y se unen partículas entre sí.
Superficial y sub superficial
Y en el suelo se da en distintos espesores, fundamentalmente en el superior en contacto con las herramientas. Y también con los animales, en sistemas productivos mixtos o ganaderos donde el pisoteo del animal genera una compactación superficial, una densificación en los primeros centímetros muy importante.
Si es muy importante, también comienza a manifestarse en estratos más profundos y por lo tanto, puede masificarse de manera importante el perfil y en los primeros centímetros, puede encontrarse una zona más o menos localizada de compactación, por imperio de una serie de razones que tienen que ver con la textura, y con el agente que la produce. Pero hay distintas formas de compactación lo cual influye decisivamente en la forma en que funcione el suelo y con eso el acceso de las raíces, al agua, los nutrientes y obviamente a la productividad.
Otra consulta fue referida a las medidas fundamentales se deberían tomar para evitar la compactación por otro lado para remediar el problema que ya existe en muchos lotes.
Lo que se impone es la prevención, dijo Montico, y detalló que hay que tratar de que no se compacten los suelos porque después revertir esa situación y restaurar la porosidad deseada mediante manejo o alguna acción mecánica es bastante más difícil, con resultados bastante inciertos también.
Hay estrategias relacionadas con la rotación de cultivos, no solo por la cantidad de rastrojo y paja que dejan en superficie, sino también por sistemas radicales. Por ello intervienen los cultivos de servicio además de la reducción del pisoteo animal.
Diagnóstico y ajustes si hacen falta
“Lograr algún diagnóstico luego de adoptar las prácticas”, fue otra recomendación del profesor, y para ello señaló, “están los equipos penetrométricos que se ofrecen en el mercado, que se utilizan para medir la compactación a distintas profundidades. Los hay mecánicos, electrónicos, de muy buena factura y que nos dan una idea de a que profundad y de cuanto es esa compactación en términos de mega pascales que es la forma más usual de medirla. Y a partir de allí, ver si sigo con las estrategias de manejo o puedo hacer algún tipo de intervención mecánica”.
“Entonces aparecen algunas herramientas que son a mi juicio el último eslabón de la decisión que tiene que ver con el uso de paratill o cultivie o hasta el mismo cincel que conocemos desde hace tiempo”, dijo. Y se refirió a las medidas de prevención por un lado y de solución por otro, que se refieren al manejo del sistema con la implementación de prácticas mecánicas.
Atacar con manejo
¿Existen evidencias de que los cultivos de servicio pueden ayudar a reducir esta compactación? Preguntó Rosso, y a ello Montico respondió, “Sí, hay evidencias desde nuestros colegas, de distintos grupos de trabajo, de distintas instituciones y organizaciones que trabajan sobre la implementación de cultivos de servicios, asociado esto a la intensificación de las rotaciones, al aumento de la actividad biológica, que genera bio poros, es decir hay una serie de situaciones que se van disparando dentro del suelo a partir de una estrategia, que tiene que ver con el alivio de la compactación del suelo”.
“Tiene que ser muy bien pensada la utilización del paratill o cultive porque muchas veces podemos subir 3 o 4 escalones y bajar 5 o 6 sino lo sabemos administrar correctamente” advirtió Montico. Y agregó que “no siempre que se utilicen estas herramientas el resultado es eficiente, ya que hay una serie de variables a tener en cuenta, y es fundamental atacar el tema con manejo”.
Es decir, rotación de cultivos, raíces, cultivos de servicio, reducción de pisoteo, son el camino. Es común ver productores que tratan de resolver el problema y que terminan generando erosión o cosas que suelen suceder cuando aplicamos alternativas mecánicas sin un control riguroso de la situación.
“La dificultad que puede ocasionar la compactación en diversas cuestiones, no solamente en la profundización de raíces, sino que además un suelo compactado se moja mal, se humecta mal, distribuye el sistema de raíces a posteriori, captura mal los nutrientes” señaló Montico.
“Es decir, hay un decisivo trastorno o impacto en suelo, y no es una conducta corriente la de monitorear los suelos desde el punto de vista de la compactación. Tendríamos que tener muchos más registros en el día a día, y no limitar el seguimiento de estas cuestiones a parcelas experimentales o ensayos, sino seguirlas en el gran cultivo para detectar la problemática a ciencia cierta y por supuesto implementar las tareas de mitigación y restauración si cupiera” dijo Montico.
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