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Los ruralistas esperan consensuar con el Gobierno soluciones concretas, que se anunciarán el 1° de febrero.
Sergio Massa ganó 10 días. Y espera que las lluvias pronosticadas para lo que queda de enero lo ayuden a pilotear la relación con el campo, en el marco de la fuerte sequía que afecta a todas las regiones agropecuarias del país.
Con el compromiso de una agenda de reuniones para la próxima semana, el ministro de Economía abrió un canal de diálogo con la Mesa de Enlace, que se había postergado “por lo menos un mes”, desde que los ruralistas pidieron un encuentro de máximo nivel para obtener soluciones de fondo luego de encuentros con funcionarios de segunda línea y “anuncios parciales”.
Ahora, el líder del Frente Renovador quedó plenamente involucrado y tiene el desafío de llegar a medidas integrales que alivien al campo y no comprometan la frágil situación macroeconómica, muy dependiente de los recursos que genera la actividad agroindustrial. Y que este año serían escasos.
Según los ruralistas, la crisis climática redundará en pérdidas por US$15.000 millones y tendrá efectos en toda la sociedad durante los próximos meses.
El ministro de Economía convocó a los ruralistas convencido de que en febrero cambiará el escenario. Las perspectivas meteorológicas que le informaron desde el INTA refieren al fin del fenómeno Niña luego de tres años, justamente a partir de febrero. Por eso, la fecha del primer día de ese mes parece casi una apuesta mágica, como si se tratara de un “Día D”.
En general, los especialistas coinciden que antes de que termine el otoño se entrará en una fase Neutral y en la primavera llegará una etapa Niño, con niveles de lluvias normales, sino abundantes.
Desde el campo no desestiman esos pronósticos climáticos, pero advierten que las lluvias llegarán tarde. Computan mermas del 50% en la cosecha de trigo que acaba de concluir y describen que los cultivos de soja y maíz en marcha ya expresas mermas de rinde irrecuperables.
Al impacto sobre la producción de granos, el sector agroindustrial que genera más dólares en exportaciones, retenciones y PBI, se deben sumar pérdidas más inciertas pero muy contundentes también sobre la ganadería de carne y leche.
En ese marco, el diagnóstico de la situación se comparte a grandes rasgos. Y ahora habrá que alcanzar la sintonía fina para identificar las necesidades, con equilibrio entre lo urgente y lo importante.
En ese sentido, Massa se comprometió con una frase con copyright de Cristina Kirchner. En el inicio de su desentendimiento con la gestión del Gobierno, la vicepresidenta le pidió públicamente al presidente Alberto Fernández que “use la lapicera” para gobernar. Ahora el ministro de Economía usó la misma idea para hacerse cargo de gestionar la problemática del campo con impacto en toda la economía.
No le resultará fácil, porque pasar del diagnóstico a las soluciones es complicado en una situación tan grave y compleja. “No podemos decretar que llueva, no somos los culpables de la sequía”, dijo Ignacio De Mendiguren, secretario de la Producción, y uno de los funcionarios cercanos a Massa, que lo acompañó en la reunión. Y focalizó la necesidad de asistencia sobre los “pequeños productores”, en línea con las últimas medidas de ayudas segmentadas que implementó el Gobierno en política agropecuaria.
El titular de la AFIP, Carlos Castagneto (que responde a Cristina Kirchner) relativizó la situación del campo. Dijo que es “uno más de los sectores que debe ser atendido por el Gobierno”.
Massa deberá definir dentro del amplio espectro de visiones sobre el campo que cohabitan en el Frente de Todos. Y apuesta a que los relevamientos productivos por zonas y actividades, más los pronósticos de alivio climático, no le exijan realizar aportes que le agudice el escenario de manta corta que sufren las cuentas fiscales.
En eso en la Mesa de Enlace no son tan optimistas. Argumentan que “hay muchos productores que ya tienen resultados económicos negativos y no podrán pagar impuestos y buena parte de las financiaciones que tomaron para dinamizar la rueda productiva.
La expectativa de los ruralistas es que se sostenga a los agricultores, ganaderos y los demás actores de las economías regionales para que puedan llegar a la etapa Niño con el menor nivel de daños posible Massa también sueña con llegar a la primavera en mejores condiciones. Quizás eso los ayude a encontrar soluciones consensuadas.
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