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A la par de los objetivos, se describieron las acciones concretas de personas y organizaciones.
La agroindustria, centro de la matriz productiva de la Argentina, tiene un rol doblemente protagónico respecto del cambio climático y la huella de carbono, porque no sólo ha quedado en el centro de las miradas por su incidencia, sino también porque debido a los efectos ambientales la producción afronta condiciones más adversas.
En ese sentido, fue clave el testimonio de lo que ya están haciendo empresas y asociaciones de productores en la conferencia “Carbono neutro, la huella que queremos dejar”.
El director de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Bayer para Latinoamérica, Alejandro Girardi, afirmó que “el crecimiento del área agrícola a través de la siembra directa pudo crecer. En Bayer estamos pensando hacía adelante. Iniciamos este camino hace 10 años buscando básicamente el gran desafío: cómo hacemos para producir más. Reduciendo nuestra huella ambiental, reduciendo el uso de agua. Arrancamos con el programa PRO Carbono y hoy hay más de 160 productores argentinos que participan en la Argentina”.
Luis Verri, consultor Pro Carbono Bayer en la provincia de Córdoba, explicó que “trabajan con digitalización y con las plataformas para medir huella de carbono, sobre planteos agrícolas reales. Estamos midiendo la cantidad de emisiones y absorciones que tienen los cultivos y cómo impactan los fertilizantes y el manejo general del cultivo”.
Daniel Aguzin, líder comercial de Bayer en Argentina y Uruguay destacó que se puede usar la agricultura como “un pulmón global”.
Por su parte, Eduardo Nougués, director de Asuntos Institucionales y Legales de Ledesma, destacó que la compañía siempre tuvo la vocación de preservar los recursos naturales. Producimos caña de azúcar en 40 mil hectáreas. Es la misma tierra que hace 100 años nos daba 60 toneladas de caña por hectárea y hoy nos está dando 90. siempre tuvimos una conciencia ambiental y lo importante que es preservar el suelo”.
A su vez, Carlos Sinesi, gerente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), aseguró que “la huella hídrica de la producción de pollos en Argentina es muy buena. Relató que con el INTI certificaron “resultados de primer nivel mundial y validamos a nuestra carne aviar como un producto saludable y también sustentable”.
Y Francisco Melcon (de la empresa LIAG) concluyó que participar de Pro Carbono les brinda indicadores para tomar decisiones objetivas”.
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