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Durante 2023 China produjo 58 millones de toneladas de carne porcina, un 4,5 por ciento más que el año anterior, constituyéndose este volumen en un récord. China produce y consume la mitad de la carne que se produce en el mundo.
En 2020, después de la peste porcina africana, la producción de carne de cerdo en China había caído a sólo 36 millones de toneladas, representando la oferta de 2023 un crecimiento de 22 millones, el 61 por ciento, en sólo tres años. Esta suba extraordinaria en la producción de cerdo ha determinado una caída del 30 por ciento en los precios de la carne porcina al mostrador, contribuyendo también esa sobreoferta a que el precio minorista de la carne vacuna registre una baja del 10 por ciento en el último año y medio.
China, mientras tanto, sigue importando grandes volúmenes de carne vacuna: en diciembre adquirió 243 mil toneladas, volumen casi igual al de diciembre del 2022. Los precios (CIF) que paga China por la carne vacuna congelada sin hueso, en diciembre último, se ubicaron en los 5.040 dólares por tonelada, un 34 por ciento por debajo del pico histórico logrado en julio del 2022, cuando el precio de importación alcanzo los 7.630 dólares por tonelada.
A la hora de explicar la caída de los precios que paga China, que ahora parecen estabilizarse, debe decirse que pesa decisivamente el voluminoso stock de carne vacuna importada que tienen los importadores y mayoristas: según un operador del mercado chino, que siempre tomamos como referencia, y que tiene una visión optimista, en los últimos meses la demanda por carne vacuna se habría mantenido firme, lo que permitiría ir reduciendo gradualmente los stocks de carne.
Otra interpretación de la debilidad de las importaciones chinas, es que este país viene habilitando en los últimos meses nuevas plantas para este mercado, especialmente en Brasil, lo que lleva a que los embarques brasileños a China no bajen ahora de las 110 a 120 mil toneladas mensuales. China habilita nuevas plantas en todo el mundo, y habilita también nuevos países, como es el caso de Colombia, que comenzaría a embarcar carne a China en enero de este año, estimándose que para abril-mayo podría tener una decena de plantas frigoríficas habilitadas y exportando.
Un mercado globalizado, con muchos países proveedores y nuevas plantas habilitadas en todo el mundo.
Actualmente, las operaciones con China son pocas, y si hay alguna tendencia es a la baja de precios. Habrá que esperar a que pase el período de vacaciones de la mayoría de la población –que coincide con el Año Nuevo Lunar– para ver si se registra una tendencia más positiva. En números redondos, la Argentina el año pasado destinó a China uno de cada cuatro kilos de carne vacuna producida.
En 2023, China importó 2,7 millones de toneladas (peso producto) de carne vacuna, un 2 por ciento más, por un valor de USD 14.200 millones, un 14 por ciento menos en dólares que el año anterior.
Encabeza el ranking de proveedores Brasil, con 1,18 millones de toneladas (+7 por ciento) y una participación del 43 por ciento en el total de lo importado por China. Le sigue Argentina, en donde adquirió 527 mil toneladas (+ 8%por ciento), con una participación del 19 por ciento; seguida de Uruguay, con 274 mil toneladas (-18 por ciento) y un share del 10 por ciento.
Brasil, Argentina y Uruguay en forma conjunta representan el 72 por ciento del total. Continúa en el ranking Australia, desde donde se importan 226 mil toneladas (+ 17 por ciento), y una participación del 8 por ciento, seguida de Nueva Zelanda, con 204 mil toneladas (- 3 por ciento) y una participación del 7,5 por ciento y por Estados Unidos, que envió 161 mil toneladas(- 13 por ciento), con una participación del 5,8 por ciento. El Mercosur, más Oceanía y USA, participan con el 93 por ciento de las compras chinas.
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