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La guerra entre Rusia y Ucrania apuntaló los valores de los granos, entre otros factores. Cómo repercutió en el país.
Nunca en la historia el precio promedio de la soja y del trigo en el mercado internacional habían sido tan altos, mientras que el del maíz se posicionó entre los picos históricos.
La cotización promedio de la soja en el mercado de Chicago durante el 2022 fue de US$ 570, récord absoluto, dejando atrás al 2012 cuando había cotizado a US$ 539 en promedio.
Este año el valor de la oleaginosa llegó a tocar el valor máximo cuando superó los US$ 651 que había tocado precisamente el 4 de septiembre de 2012 y alcanzó los US$ 655 el 9 de junio pasado durante la rueda de esa jornada.
En el caso del trigo, también es histórico el valor medio, que fue de US$ 226 este año, superando el 2008 cuando llegó a US$ 204. Y tocó el pico máximo el 8 de marzo, trepando a los US$ 467.
Y si bien la cotización promedio del maíz en 2022 no es récord, estuvo muy cerca. Llegó a US$ 273, un dólar menos que 2012 cuando tocó el máximo.
“El último ciclo estuvo marcado por múltiples factores que desencadenaron un escenario muy particular para los precios de los commodities en general”, comenzó explicando Ariel Tejera, analista de mercado de la firma Grassi.
“Fue un año de firmeza para el crudo y los aceites. La guerra entre Rusia y Ucrania, en un primer momento, desencadenó gran incertidumbre sobre el futuro de la oferta. Finalmente, los mercados se acomodaron a un contexto que estuvo marcado por menor producción desde Ucrania y algunas dificultades logísticas”, detalló.
Por otra parte, agregó el analista, Estados Unidos cerró una campaña con bajos niveles de stocks en soja y maíz. “Y el nuevo ciclo norteamericano, a pesar de los volúmenes de producción alcanzados, no lograría revertir significativamente esta situación. Paralelamente, en soja, el ciclo 2021/22 estuvo marcado por menor producción en Sudamérica, con caídas en los saldos de Argentina, Brasil y Paraguay”, explicó.
Debido a los precios altos, el Gobierno tuvo su premio. La liquidación de divisas por parte de los agroexportadores alcanzó los US$ 36.731,5 millones entre enero y noviembre de este año, lo que significó un aumento de 22% en comparación con el mismo período de 2021, y el máximo nivel histórico alcanzado por el sector.
Y en concepto de retenciones, según la estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario (falta que cierre diciembre) recaudó US$ 9.614 millones con los 6 cultivos principales, un 5% más versus el 2021 cuando llegó a US$ 9.104 millones.
Solamente en septiembre, cuando se implementó el primer dólar soja -se liquidaron US$ 8.100 millones por una venta de 13,5 millones de toneladas de soja- el Gobierno recibió US$ 2.110 millones.
Dólar soja
Pese al buen precio internacional de la soja a lo largo del año, los productores fueron reacios a desprenderse del poroto. Es así que el Gobierno buscó acelerar la comercialización del grano mediante estímulos en la comercialización.
Primero fue el 70%-30% de Silvina Batakis cuando era ministra de Economía, método que no funcionó. Pero, tras la asunción a la cartera económica de Sergio Massa, se implementó en dos oportunidades el Programa de Incentivo Exportador (PIE), más conocido como dólar soja, que beneficiaba a los chacareros que vendieran la mercadería a un mejor tipo de cambio.
Según explicó el economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina, David Miazzo, salvo el salto de precio (por encima de los US$ 500 en el mercado local) que hubo entre febrero-marzo por la guerra entre Rusia-Ucrania, previo a la cosecha de soja, los productores pudieron vender en general a US$ 420. Y luego, una vez que bajó tras la cosecha -abril-mayo- pudieron vender a US$ 380-390, lo que da una diferencia de solo 10%.
“Es relación riesgo.beneficio. Si el potencial beneficio es una devaluación del 100% versus la pérdida por esperar la venta de un 10%-15% de precio, tengo todo el incentivo a esperar. Además, en un contexto donde no necesitaban liquidez”, señaló el economista.
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