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Ezequiel González colgó los botines muy rápido en su etapa como futbolista profesional, con apenas 31 años. Pero no fue un suceso dramático para él -como suele pasar a otros jugadores- porque ya estaba decidido -y convencido- a qué se iba a dedicar. No estaba precisamente ligado al mundo del fútbol, sino a la actividad agropecuaria.
“Equi”, como se lo conoce al talentoso enganche, debutó en Rosario Central con apenas 17 años. En el equipo rosarino tuvo dos etapas más. Además, en Argentina jugó en Boca elegido para ser el reemplazante de Juan Román Riquelme en 2002, donde ganó al Copa Libertadores 2003. Además, jugó en equipos del exterior: Fiorentina (Italia), Panathinaikos (Grecia) y la Liga Deportiva Universitaria (Ecuador).
Mientras se desarrollaba como futbolista profesional, por consejo de su padre, invirtió lo que iba ganando en campos. “Ahorraba y compraba”, aseguró en una charla con Clarín Rural. “Tenía 20 años y él (por su papá) me guió por ese lado. Mi papá tenía un campo chico y no lo había podido desarrollar, siempre se quedó con esa espina y por suerte ahora lo pudimos hacer”, agregó.
Actualmente, el exfutbolista tiene dos establecimientos agropecuarios: uno en Maciel (cerca de Rosario, Santa Fe) y otro en Esquina (Corrientes) donde fue desarrollando diferentes producciones: produce granos (soja y maíz), carne vacuna y porcina y forestación de eucaliptos.
“Mis amigos me decían que estaba loco por el tiempo que le dediqué a desarrollar esto. Volqué toda la pasión y energía que tenía por el fútbol a desarrollar el campo y la empresa”, reconoció.
Al comienzo, “Equi” se asesoraba tanto de su padre como de profesionales para desarrollar cada actividad. Pero con el correr del tiempo fue sumando conocimiento y experiencia y hoy lidera el Grupo El Cherú que da empleo a 250 personas.
“Las primeras decisiones eran compartidas pero después fui creciendo y conociendo cada vez más los negocios. Ya hace 23 años que estoy en el sector”, comentó.
Además de ser el consejero para que compre campos, también su padre fue el asesor en las decisiones productivas en un comienzo. Hoy, su papá, como el resto de la familia, está involucrada en la empresa.
La vida de González cambió completamente una vez que decidió terminar su carrera futbolística. De ir a entrenar y concentrarse los fines de semana, ahora su rutina es ir todos los días al campo de Maciel donde está el criadero de cerdos. Luego, pasa por el frigorífico porcino donde además están ubicadas las oficinas. Al establecimiento correntino no va tan seguido como al principio por la distancia, pero una vez cada dos meses intenta viajar.
“Ahora al fútbol lo veo como hincha. Llevo a mis hijos a la cancha. El fútbol sigue siendo mi pasión principal aunque todo esto que hago lo sustituyó. Toda la idiosincrasia que tenemos en la empresa la desarrollé desde el fútbol, como armar equipos de trabajo, siempre con los valores del fútbol. La verdad que me sirvió mucho”, afirmó, agregando que su deseo es volver al mundo del fútbol en algún momento como director técnico de su querido Rosario Central.
González destacó que al sector agropecuario lo ve “con muchas expectativas, con mucha esperanza”, pero que tiene que pasar “esta etapa de reacomodamiento de precios”. Superado este momento, para el exfutbolista “Argentina tiene todo para ser una potencia mundial”.
Producción porcina
El core business de la empresa es la producción de carne porcina. La granja está ubicada en el campo de Maciel.
La firma empezó con 500 madres en 2014 y fue creciendo exponencialmente. Ahora trabajan con 4.500 madres y este año invertirán para ampliar la granja a 6.500, lo que representa que producirán entre 27 a 28 millones de kilos de cerdo por año. “Empezamos de abajo y fuimos creciendo”, acotó.
Tercerizan parte de la faena de los animales y luego el desposte lo hacen en un frigorífico que alquilan para vender la carne a industrias, supermercados y carnicerías. El resto de la producción lo venden para que lo faenen otros frigoríficos.
Ahora van a desarrollar este año un frigorífico de ciclo 2 y 3, que es para poder incorporar la producción de embutidos (jamón crudo, jamón cocido, paleta, salchichas, entre otros). Por ahora sólo hacen tres tipos de chorizos que tiene cada uno un nombre distintivo: El Cherú (por la empresa), Prasinoi (verde en griego, como le dicen a Panathinaikos) y Fiore (por el equipo italiano Fiorentina).
Según comentó, el año 2023 para “la actividad terminó muy bien” y arrancó este año “para abajo” por la baja en el precio. “Hay un reacomodamiento de precios y hay que ver hasta dónde va, pues hay que estar muy atentos, muy dinámicos, para poder reaccionar rápido a los cambios en el mercado. Lo importante es producir bien para poder competir”, señaló.
Por el momento no exportan pero la idea es poder meterse en el negocio. “Es lo que se viene con esta apertura que tenemos al mundo. Tenemos que ser buenos compitiendo y para eso hay que tener buena infraestructura”.
En su campo de Maciel realiza una rotación de soja/maíz, que es el puntapié inicial para darle valor agregado a las producciones. El total de lo que producen sirve para abastecer el 15% de lo que consume la granja de cerdos.
Inversión en Corrientes
El ídolo de Central recordó que previo a invertir en Corrientes, analizó otras actividades. Una fue la producción vitivinícola en Mendoza, pero reconoció que no lo convenció. Y en esa búsqueda, surgió la posibilidad de comprar un establecimiento en Esquina para desarrollar la cría ganadera y la plantación de eucaliptos.
La producción de eucaliptos abarcaba 350 hectáreas cuando comenzó a explotar el campo y luego le sumó otras 450 hectáreas hasta totalizar las 800. “Es un negocio distinto y me gustó. La vuelta (vender el eucalipto) es de alrededor de 10 años. Es una inversión de largo a larguísimo plazo”, contó.
El plan de trabajo habitual es vender 80 hectáreas por año, pero en el último ciclo no lo hicieron porque el precio era muy bajo, por lo que decidió acopiar la producción para venderla en un marco más positivo para la actividad. “Estamos esperando que empiece a moverse la actividad porque esto es cuestión de tiempo. Es un negocio distinto. Se puede esperar a venderlos. El eucalipto puede ser un poco más chico o grande, se lo puede sacar un poco antes o un poco después, pero están ahí, no es que sí o sí lo tenés que cortar”, explicó.
Carne para el mercado interno y externo
En ese campo correntino también tiene un rodeo de 1.500 madres Braford. Según su visión, eligió Braford porque “es la mejor raza que se adapta a la zona”. El planteo está basado en alimentación de pasto natural propias del lugar.
Luego, esos terneros son llevados hacia el campo que tienen cerca de Rosario para la recría (pasturas y suplementación) y su posterior terminación para vender en el mercado interno con 340 kilos. “Las mejores hembras vuelven como madres como reposición y las otras van para consumo interno”, indicó. También compran terneras a terceros para recriar y engordarlas para luego venderlas.
El engorde a corral tiene capacidad para 1.500 animales, y por año dan 2 a 3 vueltas, lo que engordan aproximadamente 5.000 animales por año.
Por su parte, a los machos los recrían hasta 220 kilos y luego los trasladan hacia una isla que alquilan, muy cerca de Maciel, para que pasten y sacarlos gordos para exportación con más de 500 kilos.
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