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Martins señaló que la inestabilidad macroeconómica, la necesidad de recaudación creciente, la inflación y las medidas para el agro, afectan severamente su desarrollo. Pidió tiempo y financiación a la UE.
La presidenta del Comité Económico y Social Europeo (EESC), Christa Schweng, llegó al país y participó de un encuentro en la Casa Rosada donde compartió el panel “Los desafíos de la seguridad alimentaria en Argentina y el mundo” con el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) y coordinador del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), José Martins, e importantes referentes del sector.
En la oportunidad, Martins destacó la “gran participación” en el comercio internacional de productos alimentarios argentinos. “Estamos dentro del top 3 de los mayores exportadores netos de alimentos del mundo”, remarcó.
Asimismo, subrayó el “significativo dinamismo del sector, la disponibilidad de recursos naturales y la eficiencia del sistema productivo, además de una canasta de consumo desacoplada a los productos que se exportan que permite que nuestros niveles de producción se sitúen muy por encima de las cantidades consumidas localmente”.
Frente a Schweng, Martins recordó que Argentina es el primer exportador de harina y aceite de soja, aceite y jugo de limón, maní y porotos; el segundo exportador de yerba mate; el tercero de granos de soja y maíz; el cuarto de peras y leche en polvo y el quinto de harina de trigo. “Nuestro país es una parte chica del PBI mundial y del comercio, pero, sin embargo, hacemos un gran aporte a la seguridad alimentaria local y mundial” afirmó.
Además, advirtió que la producción agroalimentaria argentina viene creciendo por debajo de su potencial. “La inestabilidad macroeconómica, atravesada por la necesidad de recaudación creciente y las tensiones inflacionarias, vienen acompañadas de políticas que desprotegen severamente al sector y afectan su desenvolvimiento”, explicó el presidente de la BCBA.
Aun así, valoró que Argentina es líder en la adopción de prácticas para una agricultura de conservación y cuidado del medio ambiente. “Aproximadamente el 90% del área sembrada se realiza bajo siembra directa, venimos creciendo fuertemente en la utilización de cultivos de cobertura cuyos beneficios son el control de la erosión, mantenimiento de la humedad en suelo, y mejora del balance de carbono/nitrógeno, medidas que permiten reducir el impacto ambiental”, repasó. Y agregó: “Contamos con programas de buenas prácticas agropecuarias, carbono neutro y monitoreo de deforestación, entre otros; tenemos la oportunidad de crecer en producción de manera sustentable y con respeto al medio ambiente”.
Para que eso suceda, el directivo consideró necesaria “una política agroalimentaria que permita dar un nuevo salto cuanti y cualitativo productivo”.
Martins llamó a “que todo el mundo se alinee en lograr una transición ambiental ordenada”. E indicó que “los países en desarrollo necesitamos tiempo y financiación para adaptarnos a las nuevas exigencias, para lo cual es importante que los requisitos europeos se adecuen a los tiempos que necesitamos”.
Y contó que el sector privado, a través del CAA y coordinando esfuerzos de más de 60 instituciones, está enfocado en la redacción de Plan Federal Agroindustrial 2022-2033, cuyo objetivo es proponer un entorno de políticas estable a diez años que promueva el desarrollo productivo y mejore la inserción internacional del sector agroindustrial, en un marco de sustentabilidad, equidad y desarrollo territorial y, por consiguiente, de inclusión e intercambio con toda la sociedad”.
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