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La producción del cereal se desplomó un 44 por ciento por efecto de la histórica sequía.
El aporte a la economía de la campaña de trigo 2022/23 que acaba de concluir caerá 36% respecto al año pasado anterior hasta los US$ 3.700 millones como consecuencia del alto impacto que tuvo la sequía durante el ciclo productivo, estimó hoy la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
La merma en el denominado Producto Bruto Agropecuario (PBA) se da como consecuencia de un desplome en la producción del 44,6% respecto a la campaña anterior, equivalente a 10 millones de toneladas menos hasta las 12,4 millones.
La principal caída de la baja en el aporte de la cadena triguera a la economía argentina respondió a “la ausencia de precipitaciones sobre gran parte del área agrícola, que condicionó el crecimiento y establecimientos de los componentes del rendimiento, y las mermas generadas por las heladas reiteradas en estadios críticos”, explicó la entidad bursátil.
El rinde promedio nacional fue de 22,8 quintales por hectárea (qq/ha) , una caída interanual de 34,5% y de 26,6% respecto al rendimiento promedio de las últimas 5 campañas.
Asimismo, se sembraron esta campaña 6,1 millones de hectáreas, la superficie más baja desde la campaña 2017/18.
“En términos regionales, las mayores caídas interanuales del área fueron reportadas sobre el NOA, centro-norte de Córdoba y Santa Fe y sur de Córdoba donde de la falta de humedad superficial durante la ventana de siembra dificultó el avance de las sembradoras, dejando unas 600.000 hectáreasfuera de la campaña 2022/23”, explicó la entidad.
Ante este panorama, y con solo 5,9 millones de toneladas de trigo para embarcar frente a las 15,34 millones del año pasado, se espera ingresos por exportaciones 55% menores a los de la campaña pasada por US$ 2.300 millones, mientras que la recaudación fiscal vía derechos de exportación caería US$ 500 millones hasta los US$ 1.000 millones.
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