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En el informe semanal desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, registra un progreso intersemanal en las labores de 4,8 puntos porcentuales, con el avance de siembra en un 21,8 % de la proyección total para la campaña 2022/23 que es de 7.3 millones de hectáreas. Esta superficie representa, en números absolutos, 400.000 hectáreas menos que las implantadas la campaña previa, la 2021/22 la cual totalizó 7,7 millones de hectáreas.
En este contexto de seca muy marcado que no dio tregua hasta hace unos pocos días, y que más allá de lo llovido en varias zonas, aún no deja de ser preocupante, Daniel Barcelonna, productor de Tandil, Azul y Olavarría, decidió sacar las sembradoras y sembrar 1000 hectáreas de maíz.
“Hay que ser muy arriesgado porque puse en juego un montón de plata en algo que no sabía se iba a nacer, si iba a llover. La fecha de libro para comenzar con la siembra en Tandil es aproximadamente el 5/10 y nosotros habremos empezado el 10 o 12 de octubre”, dice Daniel.
Según explicó, los pronósticos no daban lluvia, pero daban heladas, el perfil no tenía humedad. “Asi que estábamos colocando la semilla unos 3 a 3,5 dedos de profundidad, lo cual parece una locura, pero buscábamos humedad. Algo comenzaba a brotar, pero sino llovía, se presentaba muy complicado el panorama”, dijo.
“Somos muy maiceros y para este año tengo planeado hacer unas 3000 has de ese cultivo , y no puedo sembrar esa superficie en 15 días. Pero además las sembraría siempre que lloviera”, agregó.
“Ahora llovió, y todo el mundo espera que aparezca el hombre de la sembradora, y además deben ver como hacen con la semilla entre otras cosas de la logística, pero ya tengo 1000 ha sembradas, que están emergiendo”, sacó pecho.
Dentro de todo, admitió que tuve suerte. Tampoco hay que olvidar que hacen todo con maquinaria propia, en campos alquilados, y totalizan unas 13.000 hectáreas de agricultura, de las cuales el año pasado hicimos unas 4.400 de maíz y este año bajaron un poco la intención de siembra de maíz y por ello estaremos en unas 3.000 y pico de ha.
“En las 1.000 hectáreas que sembré ya había hecho los barbechos con Piclorán o Trodon y por ende en esos lotes no podía hacer soja, tenía la semilla de maíz ya comprada y la pregunta era ¿qué hacía? La gente del norte esta con el mismo problema y no pueden sembrar el maíz, ni el girasol ni la soja. Y así se daban las cosas como en la lotería, buscás un número y podés agarrar un pleno”, explicó.
“Nos jugamos a adelantar la siembra en condiciones que no eran para nada normales. Pero nos llovieron entre el lunes a la noche y el martes por la mañana unos 40 a 50 mm y con la temperatura que tenemos, en tres días el maíz ya esta afuera”, agregó.
Las fechas no dan para mucho más, -dijo- en una semana estarán sembrando el maíz tardío, por ende, si no sembraban el de primera se haría difícil. “Esta claro que para estas cosas hay una fecha (perentoria) y no puedo estar sembrando cebada y cosechando maíz”.
Los hermanos Barcelonna, Daniel nuestro entrevistado y Fernando, continuaron con la actividad de contratista desarrollada de su padre, luego se hicieron productores y para ello trabajan con equipos propios entre los que suman 4 sembradoras de fina, 3 neumáticas para gruesa, dos pulverizadoras, 4 cosechadoras y 15 camiones.
Además de maíz, en la campaña 2020/21, sembraron 4 variedades de cebada “que anduvieron entre 5500 y 6000 kilos sin problemas de proteína y calibre y picos de monitor de 8000 kg/ha”. “Fue un espectáculo lo que rindieron las cebadas”, dice. El trigo, que generalmente rinde un poco menos, anduvo entre 4500 y 5000 con picos de 7000-7500 kg/ha.
“La soja de segunda después de cebada ronda los 2000 kg/ha, y después de trigo, como se retrasa un par de semanas la siembra, terminamos sembrando hasta 10 de enero, los rindes caen a 800 a 12000 kg/ha, incluso la campaña pasada nos afectó bastante la sequía”, repasa Daniel.
De maíz, los Barcelonna siembran, a 52,5 cm entre hileras, materiales colorados de buena prolificidad, con doble espiga, “por ejemplo, un Don Mario 2738 que si llueve y esta fertilizado, (con 160 a 220 kg/ha de urea voleada) da dos espigas en un 80% aproximadamente, siembro de 52.000 a 55.000 plantas/ha. Otros materiales como Nidera de una espiga Flint, siembro a razón de 60.000 a 62.000 plantas/ha. El maíz es un cultivo que cuando le das tecnología, fertilizante y llueve repaga todo al final, toda la tecnología que le das te la devuelve en kilos”, afirma.
“La fertilización nitrogenada es con urea entre 160 a 220 kg/ha, aplicando esta última dosis cuando la presencia de chala abundante del cultivo anterior aumenta la inmovilización del nutriente. Con ese manejo en las 4000 ha de maíz del año pasado debo haber terminado en un rinde entre los 85 y 90 quintales de rinde promedio”, calcula a groso modo Daniel.
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