[ad_1]
Apuntan a aumentar cualitativamente las condiciones de vida y a multiplicar las oportunidades de realización personal y social de toda la población, sin excepción.
La cosecha de granos de la República Popular China superó los 658 millones de toneladas en 2022 y este fue el décimo año en que superó los 650 millones de toneladas. Esto asegura el completo autoabastecimiento de su población, lo que no es un logro menor porque asciende a 1.440 millones de habitantes –es la primera o la segunda del mundo junto con la de India-, y para eso dispone de sólo 9% de la tierra fértil del planeta, en condiciones de sequia crónica en buena parte de su territorio, sobre todo en las provincias del centro, norte, y oeste del país.
Además, China registra un intenso proceso de migración interna, de traslado de la población del campo a las ciudades, lo que hace que el proceso de urbanización supere ya a 70% de sus habitantes, cuando ascendió a sólo 50% dos décadas atrás.
Aún así, la población rural alcanzaría a 400 millones de personas en 2030, momento a partir de cual tendería a estabilizarse, aunque con un criterio descendiente.
La relación entre el nivel de ingresos de los sectores urbanos y rurales es tres a uno, a pesar de que la tasa de crecimiento de los segundos respecto de los primeros es significativamente superior.
Por eso es que el gobierno chino ha desplegado a partir de 2018 su actual política de “revitalización de los sectores rurales” en la que el énfasis no es colocado ahora en el aumento de la producción y en la mejora de los rendimientos, sino en el alza sistemática de las condiciones de vida y de trabajo de la ruralidad, con especial énfasis en el auge de la conectividad y de la integración con el mundo urbano.
Este proceso de integración plena del sector rural con el urbano es lo que puede llevar a una reducción sistemática de la brecha de 3 a 1 en los ingresos de ambos sectores; y el dato crucial es que las autoridades aspiran a que la integración sea completa en 2035, o antes.
La conectividad de las zonas rurales a través de un programa de conexión sistemática de fibra óptica prácticamente se ha completado, y abarca ahora la totalidad de las unidades territoriales de la República Popular, que son más de 350.000.
El punto central de la estrategia de “revitalización rural”, sostiene el presidente Ji Xi Ping, es aumentar el nivel de talento y, por lo tanto, de educación e iniciativa de los sectores rurales, en todos los planos de su actividad y de su vida.
Por eso hay un programa de relocalización de emprendedores de las ciudades más avanzadas de China hacia las aéreas rurales de las que se originan.
Asimismo, otra iniciativa de envergadura es el establecimiento de un plantel médico de primera categoría nacional e internacional en todas las áreas de la República Popular China, comenzando con las de menor desarrollo relativo. Esto se manifiesta con una línea de financiamiento extremadamente favorables de los equipos médicos más avanzados, asi como un sistema de bonos y de viaje al exterior para estos profesionales de primera línea.
Esto permite el despliegue en gran escala del comercio por Internet (“e-commerce”) que es el más poderoso instrumento de venta de la producción rural en el mercado chino y mundial.
Es lo que multiplica las oportunidades de crecimiento de las industrias locales, y permite un despliegue extraordinario del turismo rural, al tiempo que posibilita la presencia de las grades universidades chinas y del mundo entero en todas las regiones de la República Popular.
Esto sucede después de que se ha concluido en 2020 el proceso de eliminación de la pobreza en China, que era esencialmente un fenómeno rural; es lo que permite el despliegue ahora en todo el mercado nacional de una estrategia de desarrollo denominada “de prosperidad compartida”, destinada a aumentar cualitativamente las condiciones de vida y a multiplicar las oportunidades de realización personal y social de toda la población sin excepción de sectores o región alguna.
La idea básica de la “prosperidad compartida” es que no se trata de nivelar hacia abajo a través de una política de igualación que implicaría volver a la pobreza aunque fuera inadvertidamente.
El objetivo es exactamente el contrario: impulsar hacia arriba a todos los sectores sociales y económicos sin excepción alguna.
Deng XiaoPing, el líder chino que abrió la economía del país y comenzó el proceso de reformas y de vuelco a la globalización en 1978, sostuvo como líder central de su pensamiento estratégico que no hay “socialismo en la pobreza”, y que este sólo es posible en el siglo XXI a través de una estrategia de prosperidad para todos, que es precisamente lo que está haciendo la República Popular en 2023.
[ad_2]
Source link