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Calchín es un pequeño pueblo de unos 3.000 habitantes, ubicado a 130 km al este de Córdoba. Es conocido por su producción de alfalfa y posterior exportación a varios países del mundo, inclusive a Qatar. Integra el clúster del cultivo que acaba de desarrollarse para lograr identidad.
Pero en el último tiempo saltó a la fama no solo en Argentina, sino a nivel mundial. Y tiene que ver con el Mundial que acaba de ganar Argentina. Y así lo explica un gran cartel de colores en la entrada de la localidad: “Bienvenidos, Calchín la tierra de Julián Álvarez”, con la foto del delantero de la Selección Nacional de Fútbol.
Producción de alfalfa también con destino mundial
El cultivo de alfalfa es el otro gran éxito que se esta desarrollando con fuerza en la región, y quienes están en tema, afirman que en Calchín arrancó el movimiento y para empujarlo se formó el Clúster de Alfalfa de la provincia de Córdoba.
El núcleo productor se expande desde Laboulaye al sur hasta Jesús María al norte y desde San Francisco al este, hasta Cruz del Eje al oeste con sus 41 socios -entre activos, adherentes y honoríficos en Calchín, Tránsito, Villa María, Etruria, Oliva, Oncativo, también se agregan otros que no son socios, pero que proveen de alfalfa permanentemente a la cadena.
La conformación legal del grupo data de hace solo cuatro meses, pero trabajan en él desde ya hace tres años, y en ella aportan alfalfa productores de Catamarca, La Rioja, Buenos Aires, La Pampa y la empresa Staheli West de Utah USA, que provee equipos para humidificar forrajes.
Fabián Russo, presidente del Clúster de alfalfa de Córdoba, afirmó: “Llegué a producir 400 hectáreas de alfalfa en Calchín, y hoy me enfoco en asesorar a los productores y a mejorar la comercialización de la alfalfa en el mercado interno y externo”.
En el grupo participan semilleros, productores, industrializadores, comercializadores, fábricas de máquinas, universidades, institutos como INTA e INTI, Pro Córdoba y asesores externos como Daniel Bacigalup de Inta Manfredi. “Cada eslabón de la cadena, aporta lo que mejor sabe hacer para impulsar toda la actividad relacionada el cultivo”, dice Russo.
En Argentina se hacen unos 3.5 millones de hectáreas entre alfalfares puros y pasturas consociadas en base a alfalfa. Córdoba siembra unas 600.000 hectáreas, mientras el clúster trabaja unas 5.000 hectáreas.
Exportaciones
El peso de los megafardos exportados es variable dependiendo de la prensa con que se hagan. Pueden ser de 460 kg, colocando 24 toneladas de heno y de 750 kg. que en el contenedor cargan 21 a 22 toneladas
El principal destino Emiratos Árabes, Arabia Saudita, y también China que tiene requisitos muy particulares para recibir mercadería. También se envían megafardos a Brasil. Mientras que los pellets se exportan a varios destinos de Latinoamérica desde una empresa de Calchín, que es la más grande de la región.
La productividad en Córdoba promedio es de 15.000 kg de materia seca por hectárea en 5 a 6 cortes al año y hay productores de punta que llegan a los 20.000 y 25.000 kg de MS/ha, rendimientos que logran aplicando avances en el proceso de trabajo y en tecnología.
La rentabilidad de la alfalfa es mejor que la de otros cultivos como el garbanzo, el maíz e incluso la soja si esta no tuviera los precios extraordinarios de la actualidad. Además, la forrajera es de menor riesgo comparada con otros cultivos, por ejemplo, con una la soja o el trigo si ocurre algún problema climático que perjudique al cultivo, hasta el próximo año no se puede volver sembrar, en cambio la alfalfa a los 30 días ofrece un nuevo corte.
Productor
Emilio Daniotti produce 600 hectáreas de alfalfa en la zona de Jesús María, todo conservado en megafardos. El 95% va al mercado interno y un 5% a exportación.
Siembra alfalfa 17,5 cm entre hileras en dos pasadas de la sembradora cruzadas a 45° para que cubra mejor el lote. Descarga la semilla en el surco a 1 cm de profundidad, siempre hace alfalfares puros que duran 4 años.
“Trabajamos con dos tipos de segadora, una en el tres puntos del tractor con 10 m de ancho y una autopropulsada de 4,5 m de ancho, ambas de discos y acondicionador. La operación que sigue es con el rastrillo giroscópico que es lo mejor funciona en este momento” dice Emilio.
Luego, con la megaenfardadora saca 15 a 16 toneladas de materia seca por año y por hectárea en 8 cortes de 2.000 kg/ha. Rotan con maíz, soja y trigo en años buenos, sino maíz, y soja, siempre en campos alquilados. Fertilizan con 150 kg/ha de superfosfato, que es lo que consume el cultivo,
“Venimos bastante bien de lluvias comparando con otras zonas, pero el dólar soja que para algunos es un favor, a nosotros nos está matando, porque los alquileres son definidos en soja, no en alfalfa y de un 30 % (del costo de producción) que nos salía el alquiler, ahora se nos fue aproximadamente al doble. Además, la alfalfa no subió como la soja. La alfalfa cotiza en 170 o 180 dólares la tonelada al cambio oficial”, detalla.
“Hasta el año pasado, estuvimos exportando solo unas 500 tn. También le vendemos a un grupo árabe de Arabia Saudita, que producen alfalfa en 4000 ha en Villa Dolores con destino a Arabia Saudita, donde tienen 120.000 vacas en ordeñe. Cuando no les alcanza la producción propia, compran a terceros. También le vendemos a una empresa de Navarra, España”, agregó.
Vaporizadora + re compactadora para exportar más volumen
Para mejorar las exportaciones, proyectan invertir en una planta re compactadora y una aduana en el campo, pero hace unos 8 meses tienen pedido el permiso de importar, pero sin respuesta alguna de parte de quienes deben autorizar la operación. Son máquinas que no se fabrican en Argentina y de las que solo hay dos fábricas en el mundo de las cuales una esta en España.
El peso del fardo compactado es el mismo, lo que cambia es el tamaño. Un fardo es de 1,20 metros por 2 metros de largo x 0,70 cm de alto. Y la compactadora lo transforma en uno de 80 cm de ancho, por 2,00 m por 70 cm de alto. O sea, le reduce el volumen con el mismo peso de 450 kg a 480 kg. “Entonces en un contenedor entran más fardos y aumentamos de 20 tn a 27 o 28 tn el peso del contenedor con el ahorro de flete correspondiente”, explica Emilio.
“La idea es que del total producido, un 20 o 30 % que siempre nos sale en condiciones de exportación (para ponerlo en el contenedor debe tener menos del 14% de humedad), y así venderlo en el mercado externo para sacarle un valor agregado a nuestra producción y si nos va bien comprarle a los vecinos y generar un mayor volumen”, aclara.
También en noviembre incorporaron a la empresa una máquina vaporizadora de EEUU con la cual se le calibra la humedad al fardo, de manera que cuando se tiene una alfalfa bien seca, en vez de esperar hasta la noche que caiga rocío, se puede le suministrar la humedad precisa en forma independiente del ambiente.
“La tonelada de alfalfa se vende a $ 26.000 más flete y el precio del mercado externo es un poco mayor, pero lo importante de la exportación es el volumen que se puede vender. En épocas normales nos sobra la alfalfa para el mercado interno pero el de exportación no tiene límite. El contrato más chico que se puede hacer en el exterior de 5 o 10 mil toneladas que es toda nuestra producción anual” sostiene Emilio.
“La demanda externa es inagotable y crece mucho porque en otros países como Arabia Saudita, se está prohibiendo el uso de agua para la producción agrícola debido a que les alcanza para el consumo humano. Por ello salen a buscar la mercadería que no pueden producir en su país. Asimismo, se agrandan en cantidad de animales y por ello es mayor la demanda de agua”, detalla Emilio.
“Estuve en California que en el año 2017 y ya se hablaba que en el 2020 comenzarían a limitar el uso de agua para riego y para el 2030 proyectan que será muy poco lo que se podrá regar. El agua que utilizan es del Río Colorado, cuyo caudal proveniente del deshielo de las Rocallosas es cada vez menor. Por ello deben importar el alimento para sus rodeos, dice Emilio Daniotti.
Julián Álvarez
“Los más de cuarenta millones que somos acá en Argentina jugaron con nosotros adentro de la cancha y nosotros tratamos de representarlos de la mejor manera. Quiero agradecerles el cariño y el por el apoyo” dijo el campeón de la Copa Mundial de Fútbol en el marco de la emotiva ceremonia que se realizó en el Club Atlético Calchín tras la llegada del equipo campeón a la Argentina, donde hizo sus primeros pasos jugando para el club del pueblo que lo vio nacer, donde viven menos 3000 habitantes.
“Conocí al papá de Julián Álvarez, que lo llamaban “Pululo” y era el camionero que nos transportaba los megafardos que producíamos y siempre hablaba de “El Arañita” su hijo Julián, de quien todos hablaban del futuro que tenía como jugador de futbol”, dice Fabían Russo, presidente del Clúster de alfalfa de Córdoba.
“Estamos orgullosos como cordobeses por como Julián Álvarez nos representó en el mundial de Qatar. Toda la selección demostró que hay que luchar por lo que uno quiere y no darse por vencido frente a situaciones adversas”. señaló por su parte el productor Emilio Daniotti.
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