[ad_1]
Un encuentro sobre huella de carbono sintonizó con la inquietudes globales sobre cambio climático y generó interés en la audiencia.
Aún resuenan los ecos del encuentro sobre huella de carbono, que se emitió por streaming en la home de Clarín.com con el auspicio de Bayer. El hashtag #BAYERCARBONONEUTRO lo replicó en las redes sociales y todavía suma miles de visualizaciones.
Fue conducido, nada menos, que por la formidable Carolina Amoroso, quien entre sus muchos méritos sumó el de haber acomodado bien a Daniel Grinbak el domingo, en la mesa de Juanita Viale. “Ningún país se arregla en dictadura”, le disparó cuando el productor de Fito Páez ensayó una incómoda defensa del gobierno venezolano.
Cayó en el momento justo, tras una semana de intensos intercambios en la COP 27, en Egipto, donde la comunidad internacional busca alcanzar un acuerdo para darle batalla al cambio climático. Allí, los países del continente americano han ido a fondo, de la mano del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), para remarcar que la agricultura de la región está del lado de la solución. Una enérgica gestión del titular del organismo, el argentino Manuel Otero, que incluyó el armado de un pabellón donde se muestran los modos de producir sustentables en esta parte del globo. Una forma de salirle al cruce al discurso de algunas organizaciones que se autoperciben como “ecologistas”, y terminan impulsando el regreso a un pasado en el que la agricultura sí era parte del problema.
Hace siglos mandaron la materia orgánica de sus bosques y suelos a la atmósfera, y su sistema se basa en el laboreo enfermizo con toda clase de instrumentos de tortura de los suelos, como se acaba de ver en la importante EIMA de Bologna: dos tercios de la superficie se dedica a arados, rastras de discos, cultivadores de los más variados diseños, que en estas latitudes fueron abolidos hace tres décadas. Aquí dimos vuelta la taba.
Otero llevó a Egipto a Rattan Lal, un científico de origen indio que hace años investiga en la universidad de Iowa los sistemas de producción y manejo de suelos en todo el mundo. En este marco, se dió la conferencia sobre huella de carbono.
El campo tiene un rol doblemente protagónico. porque debe producir en condiciones más complicadas y porque ha quedado en el centro de las miradas como un factor de fuerte incidencia. La buena noticia es que se puede seguir produciendo para alimentar al mundo, e incluso proveerlo de energías renovables, y hacerlo de manera cada vez más sostenible.
El menú prometía y estuvo a la altura de las expectativas. Estuvieron Miguel Taboada. especialista en suelos, profesor en la facultad de agronomía de la UBA. director de Carbon Group. Santiago Poggio, profesor adjunto de producción vegetal de la Facultad de Agronomía de la UBA, Virginia Vilariño. coordinadora de la Mesa Agro Sustentable del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (desde Egipto, en la COP 27), Marcelo Arriola. director de sistema chacras de AAPRESID. En los tres paneles, Mauricio Bártoli, de nuestro equipo periodístico, acompañó a Carolina Amoroso en la moderación de las charlas.
En el segundo bloque el foco se puso en entender cómo se mide la huella de carbono y las posibles compensaciones, algunas de las cuales se expresan en beneficios para el productor (por el cuidado de su ambiente y su patrimonio productivo). Estuvieron Maria Victoria Corte: head de marketing y alianzas de la plataforma PUMA, Sebastián Fragni, presidente de gmf GMF Latinoamericana y co fundador de The Carbon Sink; Mario Aguilar Benítez, productor agropecuario y pionero de bioeconomía circular con su integración de agricultura, ganadería vacuna, cerdos y bioenergía. Argentina año verde…
En el tercer y último panel, se describieron acciones concretas, lo que ya están haciendo distintas personas y organizaciones. Allí estuvieron Alejandro Girardi – director de asuntos públicos y sustentabilidad de Bayer para Latinoamérica; Luis Verri, director de Agronomy Tech, Eduardo Nougués, director de Asuntos Institucionales y Legales de Ledesma, Carlos Sinesi, gerente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), y Daniel Aguzin, líder comercial de Bayer Crop Science para Argentina y Uruguay.
El evento permitió encontrar respuestas a varias cuestiones clave. Por ejemplo: ¿La intensificación de las prácticas agronómicas suma, resta o es neutro para el cuidado del ambiente?
Mucha gente cree que la productividad y la sustentabilidad no son compatibles. ¿Cómo se demuestra que se pueden sinergizar positivamente?. ¿Qué mediciones y resultados son los más relevantes sobre huella de carbono, entre los ensayos y trabajos realizados en la Argentina y en otras regiones del mundo?.
¿Cuán lejos estamos de que la cuestión del carbono pueda convertirse en una oportunidad para los agricultores?
Son cuestiones clave. Muchos del sector rechazan visceralmente todo lo que tenga que ver con la cuestión ambiental. Grave error, por dos cuestiones: primero, porque cualquier actividad humana tiene sus externalidades positivas y negativas. La humanidad “compró” un discurso incorrecto, atravesado por la tecnofobia. La cuestión es salirle al cruce, y no recluirse en una actitud negacionista. El cambio climático existe y afecta también a la agricultura. Pero en ella misma anidan buena parte de las soluciones. Secuestro de carbono, bioenergía en sustitución de las fuentes fósiles, fertilizantes “verdes” producidos con nuevas tecnologías, economía circular.
Nos vemos a las diez, y después la seguimos. Esto recién empieza.
[ad_2]
Source link