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En las regiones que ya iniciaron la cosecha se observan mermas de rendimiento de entre el 35 y 50 por ciento.
Los cereales invernales aportan aproximadamente el 6 por ciento del total de las exportaciones argentinas. El trigo contribuye con un 4,5 por ciento, mientras que la cebada participa con un 1,2 por ciento. En total, los dos cultivos generan un ingreso anual de casi 4.500 millones de dólares, pero en esta campaña, por efecto de la intensa sequía y las heladas tardías, la producción se verá gravemente mermada y el ingreso por exportaciones de esos cereales caería prácticamente a la mitad.
“Este año se sembraron más de 7 millones de hectáreas, considerando ambos cereales con una expectativa de producción de casi 25 millones de toneladas al momento de la cosecha, lo cual debería representar un ingreso por exportaciones de alrededor de 4.500 millones de dólares. Sin embargo, en la presente campaña 2022 las cosas van a ser diferentes, con rendimientos muy por debajo de los esperados”, advirtió Daniel Miralles, docente de la cátedra de Cerealicultura en la facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).
Luego agregó que si bien en la mayoría de las regiones los cereales invernales arrancaron con una muy buena recarga de agua en los perfiles del suelo, la escasez continua de precipitaciones que ocurrió a lo largo del ciclo de los cultivos determinó rendimientos bastante inferiores a los previstos.
Además, Miralles resaltó que a la escasez de las lluvias se deben sumar los daños por heladas en los períodos más críticos y sensibles para el cultivo: espigazón y floración. “Producto de la falta de lluvias y las heladas, las regiones más avanzadas en las que se ha comenzado a cosechar trigo muestran una reducción de entre el 35 y el 50% del rendimiento esperado”, dijo. El investigador agregó que en el caso de cebada cervecera, cuya región más importante se concentra en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, se esperan reducciones de rendimiento entre el 20 y el 30% respecto de lo esperado.
“En este sentido, los números muestran que ocurrirán pérdidas de casi 2.000 millones de dólares en las exportaciones de estos cereales. Claramente, esto representa un aspecto negativo para un país como el nuestro, que debe imperiosamente generar la mayor cantidad de dólares posible por la vía de las exportaciones”, sostuvo Miralles.
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