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“El 12 de diciembre de 1951 se declaró a la industria de maquinaria agrícola de interés nacional, y desde aquella época a hoy, las cosas han cambiado muchísimo, sobre todo en el aspecto tecnológico, tanto en el desarrollo como en la generación de tecnología. Argentina se encuentra hoy entre los principales países en generación, desarrollo e incorporación de tecnología. Nosotros generamos tecnología hacia el exterior e incorporamos tecnología del exterior”.
Con esas palabras Leandro Brito Peret, director ejecutivo de AFAT, (Asociación de fábricas argentinas de tractores y otros equipamientos agrícolas e industriales) dio arranque al encuentro organizado por la Asociación en las instalaciones de la Sociedad Rural Argentina en Palermo, para celebrar precisamente, el Día de la Maquinaria Agrícola, .
“La incorporación de tecnología mejora la velocidad de los procesos”, dijo Peret, y “mejora mucho la precisión de la siembra, y de las cosechas, ahorra tiempos e insumos, y juega un papel importante en el resultado de las campañas agrícolas, generando beneficios económicos que se visualizan en el muy corto plazo. Son inversiones rentables desde el primer día. También, celebramos que AFAT sea un gran articulador de esa generación de tecnología en el país, las empresas asociadas son generadoras e incorporadoras de tecnología de primer nivel”.
Como todos saben la entidad fue fundada hace casi 50 años, y hoy a conforman ocho empresas, Agco Argentina, Agrale Argentina, Claas Argentina, CNH Industrial Argentina, FPT (Fiat Powertrain); Industrias John Deere Argentina, Jacto Argentina y Stara Argentina, que son fabricantes nacionales con 12 plantas radicadas en la zona núcleo entre Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, superando los 600.000 m2 de superficie fabril, y una capacidad instalada como para fabricar 11.700 tractores, 4..000 cosechadoras, 700 pulverizadoras, 1600 implementos y alrededor de y alrededor de 87.500 motores, detalló el director.
Con esta estructura, estas empresas representan alrededor del 77% del patentamiento de tractores, 93 a 94 % del patentamiento de las cosechadoras, casi 45% del patentamiento de pulverizadoras, y prácticamente el 100% del patentamiento de las picadoras de forraje. Con ello, brindan empleo a casi 9.000 familias distribuidas entre lo que es el empleo directo de fábrica y la red de distribución, la cual abarca todo el país con casi 700 puntos de venta y una estructura de casi 2.000 proveedores agregados.
En el año 2021 todo el esfuerzo se vio representado con casi 800 millones de dólares de facturación en el mercado interno y arriba de 360 millones de dólares de facturación en exportaciones principalmente de motores, detalló Peret.
Carlos Palmieri, Gerente General de Jacto Argentina y secretario de la Asociación, dijo “todo el país esta afectado por la seca y se sabe que la campaña de trigo proyectada con 7.6 millones de ha de las que se pudieron concretar 600.000 ha menos, y de allí a su vez se proyectó una producción de algo más de 21 millones de toneladas. De ello, no se van a superar las 12.4 millones de toneladas.
Otro dato objetivo, explicó Palmieri, es que cuanto más lejos nos vamos mucho más allá de 25 de octubre, es progresiva la pérdida de volumen, y lo mismo ocurre con la cebada, el maíz y el sorgo y explicó que son pérdidas ineludibles más allá de que el productor adopte las tecnologías que ayudan a mitigarlas. “Sin duda que vamos a tener una merma del 10 a 20 % en lo que se alcance a sembrar. Mantenemos la expectativa de lo que se pueda, pero la realidad es que vemos que técnicamente no va a ser de los años de mayor producción”, dijo.
El crédito es el principal motor
“El crédito el principal motor que mueve al agro en un país con una estructura financiera como el nuestro y la renta financiera es lo que mueve traccionando al agro en su principal medida. Luego el productor puede ganar un poco más o un poco menos, pero si tiene financiación acorde a lo que se necesita de tasa para una inversión en bienes de capital, sigue apostando”.
Con tasas reales en el primer semestre de año de alrededor del 42% que con algún esfuerzo hecho desde distintas fábricas con la red de concesionarios, se le brindó al productor una herramienta con la que podía comprar con una financiación a 3 o 4 años pagando un 25 a 30 % de tasa. Luego con lo que acontecía macro económicamente, dicha tasa creció hasta un punto de quiebre en el cual, ya no es atractiva para el productor. “Ese momento lo estamos viviendo ahora”, dijo Palmieri.
“Esa tasa base hoy ronda el 85% y así no hay esfuerzo que valga hecho desde las empresas ni de los concesionarios para ayudar en ese costo financiero, con lo cual el mercado esta hoy muy ralentizado. Si no hay grandes mejorías de tasas como para el que mercado se mueva como corresponde, el año 23 se ve muy complicado” prevee Palmieri.
Por su parte Sergio Fernández, el vicepresidente de la Asociación (presidente de John Deere Argentina) , explicó que “en la mayoría de las máquinas agrícolas, sistemas muy complejos de sensores, transductores, procesadores, telemática, conectividad, procesamiento de datos, posicionamiento digital, que hacen que la máquina no solo aproveche los beneficios de la automatización y la robótica con muchas funciones internas autónomas, sino que también las máquinas cosechan datos en tanto trabajan”.
Esos datos son la llave para la toma de decisiones que ayuda de manera notable en años de menores rindes. Esto ocurre en las sembradoras, las fertilizadoras, pulverizadoras, cosechadoras, brindando mayores rindes y ahorros importantes de insumos, lo cual redunda en beneficios directos económicos y medioambientales.
Más del 50% del parque de cosechadoras tiene más de 15 años de antiguedad, y obviamente esas máquinas no ofrecen la última. De la otra mitad, con menos 15 años, muy pocas que tienen la tecnología de los últimos 3 a 5 años. En ello hay una oportunidad muy grande para tecnificar el campo, explicó Fernández.
Marcus Adrián Cheistwer, presidente de la asociación -también CEO de CNH Industrial Argentina-,dijo por su parte que el campo representa el 70 % de las exportaciones del país, y ello demuestra en que medida el sector es motor de la economía. “La historia nos dice que, incluso con seca y crisis económicas al campo si se le dan posibilidades de financiación no detiene la inversión. Desde el 2001 para acá, aplicando una memoria corta, todas las crisis, tanto económicas, secas, el campo ha sido el primer protagonista de la recuperación”, dijo el presidente.
En este momento no hay productores endeudados y con tasas de financiación adecuadas se puede esperar un recambio de máquinas semi rápido, y entonces para el 2023, un mercado similar al de este año 2022. La recuperación puede ser rápida, según la disponibilidad de producto terminado, o con la posibilidad de la buena operación de las plantas con la disponibilidad de materia prima.
“El clima es un factor importante pero no es el principal, no lo podemos manejar, con tecnología podemos manejar el efecto posterior de una seca“, dijo Marcus Cheistwer
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